miércoles, 10 de junio de 2009

QUE LA CRISIS NO LA PAGUE LA EDUCACIÓN PÚBLICA

Hoy nuestro país sufre los primeros coletazos de una nueva crisis capitalista a nivel mundial. Pese al discurso de “independencia económica” del Gobierno de Cristina, en diferentes puntos del país, ya se están produciendo cierres de fabricas, despidos y suspensiones a los trabajadores.
Como era de esperarse, la burguesía argentina diseñó un modelo para hacer caer sobre el pueblo, las peores consecuencias de la crisis, con congelamientos saláriales acordados con las burocracias sindicales, aumento de tarifas, ajustes a la salud y la educación pública. Para garantizar eso, les es necesario además, reprimir a quienes salen a luchar, el aparato judicial y las fuerzas represivas son parte de sus estructuras orgánicas y actúan en defensa de sus intereses.
Si hoy tenemos educación y salud públicas, no es por convicción o benevolencia de ninguno de los gobernantes que pasaron, sino que son conquistas populares que debemos defender incondicionalmente.
Las universidades se encuentran en constante conflicto respecto de qué intereses representa el conocimiento que allí se genera. El modelo de la burguesía es de tecnificación de la educación superior, para generar fuerza de trabajo especializado para las empresas. Desde el movimiento estudiantil debemos continuar luchando por una educación superior que genere conocimientos a servicio del pueblo, no de las empresas.
La educación pública en general y las universidades nacionales en particular, afrontan desde hace muchos años un profundo desfinanciamiento, que se traduce en la venta de conocimiento, ingresos restrictivos, pero principalmente en que amplios sectores de la sociedad, no puedan acceder a la educación universitaria. El desempleo, los trabajos en negro, las becas insuficientes, son realidades que golpean a los estudiantes de todo el país. Es necesario plantear la lucha a la ofensiva, ya que la situación de los estudiantes es cada vez más critica, y se refuerza la necesidad de luchar por más presupuesto, tanto para subsidios para becas, apuntes, comedores, albergues y transporte, como para condiciones dignas de cursadas.
El desfinanciamiento actual, que se seguirá potenciando a partir de la crisis, provoca que miles de estudiantes cursen en pésimas condiciones, con edificios que se caen a pedazos y sin condiciones de seguridad acordes, bajo la mirada cómplice de las autoridades universitarias, que se encargan de garantizar el saqueo en una relativa calma.
Es imprescindible que demos las batallas para vencer, en este sentido pondremos siempre a lucha por encima de todo interés particular y por sobre las diferencias entre los diferentes grupos o agrupaciones. No cederemos ninguna de nuestras conquistas, no permitiremos la judicialización ni la represión al movimiento estudiantil, orientaremos nuestros esfuerzos por movilizar a todo el estudiantado, bajo la perspectiva reagrupar un movimiento estudiantil de masas, que luche junto al pueblo.
Numerosas luchas estudiantiles atraviesan el país con la característica de tener un eje común, contra el saqueo a la educación, consideramos que es necesario unirlas en una sola, para golpear todos juntos y pasar a la ofensiva. Hoy más que nunca, para que no sea la educación pública la variable de ajuste frente a la crisis, debemos unirnos y discutir, desde todo el movimiento estudiantil combativo, cómo enfrentamos las políticas de vaciamiento que sufre la educación y cómo pasamos a la ofensiva por un proyecto de universidad distinta, popular, científica y al servicio del pueblo.